¡Hay vida más allá de las galletas!
El desayuno, esa comida que ya sabes que NO es la más importante del día, pero que si la haces, la mejor opción hacerla bien, con alimentos de buena calidad.
Por aquí te traigo una serie de ideas para que tengas diferentes opciones a la hora de elegir un desayuno saludable: puede ser dulce, salado, ligero, saciante… todo dependiendo de las necesidades que tengas cada día o de tus preferencias.
- Yogur natural (no azucarado) acompañado de frutos secos, fruta fresca, pasas, dátiles, crema de frutos secos, cacao puro o chocolate 80% rallado. También podéis hacer granola casera, para tomar con yogur o en un cuenco de leche, como si fueran cereales.
- Gachas de avena o porridge, que puede hacer el en el momento o prepararlo el día anterior poniendo copos de avena en remojo con bebida vegetal o leche y añadiendo frutas, saborizantes (canela, cacao, jengibre, anís…), frutos secos… hay muchísimas combinaciones. Se puede quedar reposando toda la noche en la nevera para consumirlo al día siguiente, y si lo haces en el momento, hierve la avena con la bebida y deja reposar un poquito.
- Tostadas de pan integral con infinidad de combinaciones: aceite de oliva virgen extra, tomate natural en rodajas, queso fresco, atún al natural, aguacate, hummus, huevo en todos sus formatos, crema de frutos secos (único ingrediente: el fruto seco en cuestión), salmón ahumado, plátano, fresas, kiwi, chocolate 85% rallado… Variar hace que el desayuno siempre sea atractivo.
- Un cuenco de fruta fresca troceada (mejor de temporada) siempre es una buenísima opción. Lo puedes convertir en un smoothie bowl si congelas la fruta y la trituras por la mañana. Ajusta la textura con un poquito de bebida vegetal o leche y tienes una crema de frutas fresquita y deliciosa.
- Batido casero, igual que el smoothie bowl pero con más líquido y la fruta no tiene por qué estar congelada (aunque le da un toque…).
- Para días especiales puedes preparar desayunos más atractivos visualmente y algo más elaborados, como tortitas de plátano y avena con bien de frutas y crema de frutos secos.
- Bebidas para acompañar el desayuno: café en todas sus modalidades (solo, cortado, con leche/bebida vegetal… siempre intentando que sea sin azúcar), tés, infusiones, agua… Evita los zumos de fruta, aunque sean caseros, ya que son poco saciantes, sin fibra e incluyen mucha cantidad de azúcares.
Consejos extra
- Ojo con los batidos y smoothies: están genial, pero son menos saciantes que la fruta entera y podemos comer mucha cantidad si abusamos de ellos.
- Combina y vencerás: si sueles aburrirte del desayuno, cambia cada día de tipo de desayuno o combínalos: un batido y una tostada, un yogur con granola y un cuenco de fruta fresca, una tortilla o tofu revuelto con un tomate torceado…
- Si te da pereza, adelanta el desayuno la noche anterior: pon la avena en remojo, corta la fruta, deja el yogur preparado en un cuenco o un tarrito de cristal, deja cortado el acompañamiento de la tostada, prepárate el batido…
Estas recomendaciones son válidas tanto para adultos como para niños (adaptándose a cada etapa). Son especialmente importantes cuando hablamos de los peques, pues una buena alimentación en etapas tempranas de desarrollo puede marcar muchos factores de su vida adulta. Además, son los más expuestos a estos alimentos mal llamados «de desayuno».
¿Qué te parecen estas ideas? ¿Cuál es tu opción favorita? ¡Cuéntamelo!
Recuerda, que si quieres darle una vuelta a tu alimentación (¡o a la de tu familia o peque!), hacerla más saludable y sentirte mejor, ¡podemos vernos en al consulta de asesoramiento nutricional online o en Zaragoza!
¿Te apuntas?
NOTA: cualquier opción de desayuno es buena, siempre que se componga de materias primas, alimentos de verdad, no galletas, cereales azucarados, bollería, cacaos solubles y demás productos que nos han hecho creer que es lo que necesitamos por la mañana. Podrías comerte sobras de la cena, unas lentejas o una ensalada, NO IMPORTA, el desayuno es una comida más. También, como hemos comentado antes, es totalmente válido «no desayunar», si así lo prefieres. Des-ayunar significa «romper el ayuno», y puedes hacerlo a la hora que más de encaje; las 7:00h, las 12:00h o las 15:00h, escucha a tu cuerpo.
Un abrazo,
Elena